El monstruo del armario
Créeme si digo que duele mirarse al espejo y no reconocerse.
Créeme si digo que duele mirarlo de lejos, y ver como todo se tuerce.
Créme si digo que duele dejarse el pellejo, la piel, y sentir que algo muere.
Créeme si tiemblo, créeme si callo, deja que queme y que cremen mis fallos.
Deja que salga la rabia que tengo guardada desde que era un niño.
Deja que llore y que rompa mi mundo interior en pedazos buscando cariño.
Busca un recuerdo perdido en la mente del que no recuerda el haberlo vivido,
y encontrarás un reloj medio roto de tanto ir atrás para ver el olvido.
Dile a mis cuatro paredes que ya no le temo al monstruo del armario.
Que solo me basta avanzar cuatro pasos para contemplar otro monstruo a diario.
Dile a mis cuatro paredes que no son tan grandes como se esperaban,
Que fuera te encuentras con muchos problemas, que ves como empiezan, y no como acaban.
Dile a tu pecho dormido que le eche valor, y que lata más fuerte.
Que a veces te puede llegar a matar un suspiro en lugar de la muerte.
Y no sé cuantas vece lo dije, no sé cuantas veces me quedan,
No sé cuantas veces finjí ser un ser que por ser lo que es, nunca echó todo fuera.
¿Sientes que el tiempo se para y te escuchas pensar? Lo has conseguido.
Estás dialogando con tu otra mitad a la que nunca querrías haber conocido.
Sé que parece increíble que en este momento, el silencio te esté torturando.
Y puede que sea el castigo que nos merecemos por no saber como apreciarlo.
No me preguntes, yo no lo entiendo. Ahora soy yo el gilipollas que reza.
Soy el iluso que mira hacia el cielo pensando que tal vez ocurran proezas.
Busco la excusa perfecta para sonreír cuando estoy rodeado de gente,
Y no tengo el valor de asumir la verdad en lugar de juzgar y negar lo evidente.
Métete dentro, te abro la puerta. Es mi cabeza, perdona el desorden.
Tú ponte cómodo mientras ves como no puedo encontrar algo que reconforte.
Siéntate y tómate algo, (-) que yo mientras perderé el norte.
Sabiendo que viendo la vida pasar, encontré mi lugar, pero nunca un soporte.
Javi se fuerte, hoy no está Dante. Hoy estás tú contra todos tus peros.
Sabes que siempre has podido escapar contra todo pronóstico, por los pelos.
Recuerda que un día juraste que algún día serías Imborrable para el mundo entero,
y el paso del tiempo te ha ayudado a ver que lo poco imborrable que existe es el miedo.
Miedo a caer, miedo a perder, miedo a avanzar para retroceder.
Miedo a sentirte valiente, actuar en caliente, y volver a cagarla otra vez.
Miedo a olvidarte de como cuidarte, de ya no sentirte, de verte y dejarte,
bajarte del tren que lograste coger, por pensar que ese tren no iba a ninguna parte.
Y sé que divierte verme vertiéndome, siento este miedo, y tú seguirás riéndote viéndome.
Haciendo que sienta que mi escape siempre se aleja, y tú sigas jodiéndome,
Haciendo mi vida imposible, haciendo lo posible por hacerme daño...
Logrando que tire al vacío el esfuerzo sin brío de veinticuatro años.
Sé que esto no es vida, y que la vida se me va,
Si sigo esperando por algo que no vendrá.
Si me quedo quieto, será imposible avanzar.
Sé que hay que aflojar la cuerda que tengo detrás.
Sé que hay que vivir, y esta es la vida que te dan.
Sí malgastas esta, no tendrás ninguna más.
Nunca tengas miedo si no sabes donde estás.
Tú tan solo corre, y nunca mires hacia atrás.
Deja que salga la rabia que tengo guardada desde que era un niño.
Dile a mis cuatro paredes que ya no le temo al monstruo del armario.
¿Sientes que el tiempo se para y te escuchas pensar? Lo has conseguido.
Dile a tu pecho dormido que le eche valor, y que lata más fuerte.
Dile a mis cuatro paredes que no son tan grandes como se esperaban.
Y no tengo el valor de asumir la verdad en lugar de juzgar y negar lo evidente.
Dile al monstruo del armario que ya me he cansado de escuchar sus mierdas.
Que ya tengo claro quien es mi enemigo, y también tengo claro que sé detenerme.