Intemperie
Las costas abandonadas
que dejamos atrás,
sus líneas desdibujadas no volverán jamás.
Allí quedan las naves hundidas,
viejas cartas quemadas, canciones de una vida descatalogada.
El tacto de otras veces,
la cadencia de otras horas son hoy pasto para peces,
notas perturbadoras.
Esa distancia nublada que aleja el sigilo del viento barre la madrugada con un soplo de desaliento.
Sin nada que lo remedie quedan nuestros pasos a la intemperie.
El rumor de otras voces que llegan de lejos es como el frío del roce de un sueño en la punta de los dedos. Enciende las luces largas que nos encadenen al asfalto hasta que despunte el alba y el ayer se vuelva blanco.