Barra Querida
Siento llorar, compadre, el corazón
Al regresar al barrio en que nací,
Al recordar mis horas de purrete
Mi viejecita, mi hogar, todo perdí.
Recuerdo mi lejana juventud
Cuando alumbraba el sol de la ilusión,
Cuando un gotán nos transportaba al cielo
O nos ligaba el amor de un metejón.
Quién pudiera esquivar el tiempo cruel
Y volver a vivir aquella edad,
Quién pudiera cantar en un portal
Canción dulce de amor.
No poder escuchar, hoy otra vez
Nuestra vieja señal, aquel silbar,
Que llegó la hora de reunión
Que el barrio oyó.
Me voy, compadre, sin rumbo fijo
Y no sin antes visitar el bodegón,
Que ayer nos viera siempre reunidos
Contando hazañas entre copas de pernod.
Venga compadre, tomemos mucho
Que tal vez a mi barrio yo no vuelva nunca,
Y antes quiero brindar, por mi barra de ayer
Que nunca volverá.