Ilusión Marina
A. Sureda
Era la hija del viejito guarda faros
La princesita de aquella soledad,
Y le decían con amor los pescadores
Que era la perla más bonita y blanca que guardaba el mar.
Fue para ella que cantaron los marinos,
Que cruzaban las serenas aguas, huérfanos de amor,
Y en sus cantos llenos de cariño siempre le decían
Que brillaban sus ojos más que el faro y el sol.