Misa de Once
Entonces tú tenías dieciocho primaveras,
Yo veinte y el tesoro preciado de cantar...
En un colegio adusto vivías prisionera
Y solo los domingos, salías a pasear...
Del brazo de la abuela llegabas a la misa
Airosa y deslumbrante de gracia juvenil
Y yo te saludaba con mi mejor sonrisa
Que tú correspondías con ademán gentil.
Voces de bronce...
Llamando a misa de once...
Cuántas promesas galanas
cantaron graves campanas
en las floridas mañanas
de mi dorada ilusión!...
Y eché a rodar por el mundo
Mi afán de glorias y besos
Y sólo traigo al regreso,
Cansancio en el corazón.
No sé si era pecado, decirte mis ternuras
Allí, frente a la imagen divina de Jesús,
Lo cierto es que era el mundo, sendero de venturas
Y por aquel sendero tu amor era la luz.
Hoy te dirá otro labio la cálida y pausada
Palabra emocionada que pide y jura amor,
En tanto que mi alma, la enferma desahuciada
Solloza en la ventana del sueño evocador.
Misa de once,
Yo ya no soy el de entonces!
Etc... etc...