Para Ti, Madre
Jose Macciola
Dichoso tiempo aquel, de la niñez maravillosa
Infancia de oro y miel, bendita edad de ingenuidad,
El mundo era un Edén en donde el bien reinaba
Y lleno de ilusión era feliz el corazón.
Caricia maternal, mano leal y generosa
Ternura sin igual, mundo ideal, color de rosa,
Del venturoso ayer sólo quedó el recuerdo
La vida dura y cruel ya me enseñó lo que es dolor.