¿Dónde estás, prenda querida?
¿Dónde estás, prenda querida,
dueña de mi pensamiento?
¿Dónde estás, que no me escuchas
mis suspiros y lamentos?
Pregunto al cielo por qué
la suerte tan mal me trata
que sin tener yo la culpa,
un sentimiento me mata.
Un sentimiento me mata
del momento en que recuerdo.
Es locura, es confundirme,
¿pero para qué me acuerdo?
Para toda la compaña,
verde cogollo de olivo,
¿dónde habrá pena mayor
que un desprecio sin motivo?