Papel encontrado en la cocina
Te dejo, yo qué sé
El fracaso más tierno
La idea de no verte
Ese pequeño espejo
Donde te amé durante
Tanto tanto tiempo
Tanto tanto tanto tiempo
Te dejo la palabra
El vasito de vino
Esos pasos cansados
El saberte conmigo
El morir y vivir
Encogido en tus besos
Encogidito en tus besos
Vendrá la vida a vernos
En el mes del olvido
Cuando tiene la tarde
El color del domingo
Y sabe la nostalgia
A cuaderno y colegio
A cuaderno y colegio
Así que aquí te dejo
Cuando voy al trabajo
La promesa solemne
De volver a tu lado
Aunque esta noche el mundo
Se hunda y me desarme
Se hunda y me desarme
Para que tú lo sepas
Te dejo como herencia
Lo que yo siempre quise:
El dolor, la tristeza
De otros –Dios los bendiga–
Que nos hicieron grandes
Que nos hicieron grandes
En ellos me refugio
Con ellos soy monarca
Dueño del paraíso
Señor de cuerpo y alma
Y dios omnipotente
De las calles y bares
De las calles y los bares
Y dueño de tus labios
Dueño de tus reproches
Y de tus regañinas
De tu tos por la noche
Y de esa palabra
Que huele a pan y a tarde
Que huele a pan y a tarde
Te dejo todo eso
Sin que nadie lo sepa
Donde salvar la vida
Efímera y pequeña
Un lugar de esperanza
Aquel dulce refugio
En que han de convertir el mundo