Lo Que Me Dice Tu Boca
Si no te pinto bonita
no es porque yo no te quiera,
que si te pinto igualita
igual son ocho que ochenta,
que contigo nunca
me salen las cuentas.
De tanto quererte tanto
tanto más daño me harías:
ni mi vida es lo que era,
ni soy dueño de mis días,
pero yo me moriría
si te fueras.
No puede ser que me dejes,
que yo ya no pinte nada
y, como un tonto de babas,
te llore por las esquinas,
como un niño derramando
lágrimas de tinta china.
Ni todo el Puente de Brooklyn,
los Londres y los Parises,
que a mí ya nada me dice
lo que me dice tu boca
y la huella de tus labios
en mi copa.
Te mire como te mire,
te veo como te pienso.
¿Quién no te piensa desnuda
bajo la luz oportuna
y tu ropa sobre el lienzo
de la luna?
Ni que te vayas del todo,
ni que te quedes pa siempre,
ni que yo salga y tú entres:
quiero posarme en tu piel
y dejar este clavel
sobre tu vientre.
¡Que me quiten lo pintao!
¿Quién quiere que lo demuestre,
que todo el arte rupreste
y la pintura moderna
no son nada comparado
con tus piernas?