El clavel
De su pecho le ofreció un clavel
color carmín, de suave olor,
como ofrenda de su amor por él,
le dijo, y él besó la flor.
Y al llegar
con dolor
la fatal
despedida,
prometeme por tu vida,
dijo, que has de serme fiel
pues si cruel me has de herir
yo he de morir besando tu clavel...
Pero en la mujer
breve es el dolor
y en alas del viento
voló su juramento
que le hizo al brindarle la flor.
Con un nuevo amor
se borra el de ayer,
sin un pensamiento
para el sufrimiento
de aquel que soñaba en volver.
No hay por qué extrañar
este proceder.
Amor que se ha ido
cayó en el olvido,
que siempre fue así la mujer.
Pero aquél volvió
aunque el tiempo cruel
marchitó el clavel
que ella le dio
cuando partió.
Y mostrando la marchita flor
le dijo: fue la flor más fiel,
duró menos tu profundo amor
que el suave olor de tu clavel,
pero yo
cumpliré
lo que ayer
he jurado...
Y su pecho atormentado
un puñal atravesó
y delante de la infiel
la vida dio besando su clavel.