El Taita del Arrabal
Era un malevo buen mozo
de melena recortada;
las minas le cortejaban
pero él las trataba mal.
Era altivo y le llamaban
el Taita del Arrabal.
Pero un día la milonga
lo arrastró para perderlo:
usó corbatita y cuello,
se emborrachó con pernot,
y hasta el tango arrabalero
a la francesa bailó.
La linda vida antigua
por otra abandonó
y cuando acordarse quiso
perdido se encontró.
Pobre Taita, muchas noches,
bien dopado de morfina,
atorraba en una esquina
campaniao por un botón.
Y el que antes daba envidia
ahora daba compasión.
Hasta que al salir de un baile,
después de una champagnada,
la mujer que acompañaba
con un taura se encontró.
Relucieron los bufosos
y el pobre Taita cayó.
Y así, una noche oscura,
tuvo un triste final
aquel a quien le llamaban
el Taita del Arrabal.