Still Working

Estoy
haciendo música happy pa no pensar en mis mierdas,
haciendo canciones como churros en Navidad.
Voy a practicar cien veces cómo escapar
de esta jaula a la que llamáis humanidad.

Voy a acabar montándome un castle con lo que os sobra.
¿Será la chispa, el duende que me dirige al hablar?
Para que escriba una estrofa o no me trague vuestra estafa.
Si el demonio en el hombro tiene la carita triste
habrá que montarle una fiesta pa' que se me alegre
así que dejad que me desperece y que me estire
y que empiece el desfile que hizo que tu abuela se desmelenase,
que hizo que hasta el apuntador me quisiese.

¿Que puedo hacerlo? Si, pero no quiero.
No quiero fama, no quiero dinero.
Si suelto barras tan duras es porque se que es algo mío
y que a alguno le sirve casi como antídoto.
Pero ya está.
No me haré nunca comercial, ni nacional,
ni absurdamente conocido por lo emocional.
Estoy bien cómodo en mi rincón juntando letra con letra,
formando un verso y así, otro más hasta hacer una canción,
una de armas tomar, que apunta a matar.

Soy como un dolor de muelas intenso
aunque te quieras librar sigo dando el coñazo, estás inmerso.
A esta categoría pocos llegan enteros.

Y yo que sé escribir un suero que te amodorra el cerebro
sé que en el rap no soy un dios ni mucho menos,
pero suelto temones, canciones diciendo barbaridades
y al mundo se le aflojan los ejes.

Soy ateo, un puto hereje.
Tengo una fuerza dentro que hará que tiembles, pero me adores.
Y si venís de lejos, con cuatro años escuchándome
sabréis que he crecido,
que ahora soy un gigante.

En un papel hago lo que me antoje.
Aunque me haga pequeño a veces suelto a la bestia.
Sé hacer pura magia, pero también masacres,
y si no fíjate en esta base
y en cómo las clavo, como un artista.
Un matador donde los haya, que no clasista.
Existencialista con cara de bobo, medio carnívoro.
Sé defenderme de todo
menos yo mismo.

Dejo la ventana abierta por las noches
y así los sueños me llegan mejor a los oídos.
Quiero ser alguien algún día,
aunque dudo que de provecho.
Ser conocido por mi mente no merece el sacrificio.

Mejor me escondo en las sombras y aparecezco de vez en cuando.
Un año bisiesto y escucharéis mi voz.
Así parece que voy mejorando.

[...]

"A ver, tú piensa que a lo tonto ya son cuatro o cinco años.
Entonces, quieras o no, las cosas van cambiando por el camino.
Ya puede ser a mejor o a peor, pero hay altibajos constantemente.

Entonces, yo no puedo prometer que haya sido perfecto
ni puedo traer algo perfecto,
pero sí puedo traer lo mejor de mí.

Y todo lo demás me da igual.
Cualquier otra cosa que se hubiera podido quedar por el camino
se soluciona con una, una única cosa
que no deja de ser lo más simple de todo.

Y es tan fácil como ponerle corazón.
Y ya está".