Otra Dimenzion
abro mis ojos miro el mundo donde habito,
pienso en vida y muerte bajo la tempestad me debilito,
grito al cielo, -quién soy?
abriendo mi séptimo sentido,
descompongo mi dimensión parando el tiempo con un ruido fino, me imagino,
como se parte el cielo lleno de truenos,
una descarga de nubes amargas moviendo glaciares rompiendo los hielos,
mi cerebro en su labor, suelto el sudor y guardo el rencor,
otra maniobra me toma de sobra como una palabra que ya termino,
he intentado romper las reglas del común ser humano,
eso de llorar, amar, sentir y también lo de sufrir en vano,
no veo la manera fácil de esquivar aquel esplendor,
resultado de riñas remotas, una derrota o el desamor,
aquello está muy difícil no lo puedo apartar de mí,
después de aquel mal momento me pregunto si lo merecí,
que me pasó, por qué caí?
mi mala conciencia no sabe del tonto error que cometí,
me convertí en el psiquiatra de psicólogos con rabia,
no cabían mis grandes odios en los oídos de secretarias,
varias evoluciones, confusiones me atacaban y una enfermedad extraña que empezó desde la secundaria,
extraño el canto de aquella voz inigualable,
un sable cortaba un silencio de maple diciendo… - no hables, a la roro niño duerme ya,
-mama porque crecemos y perecemos en un vil final? Mi mal?
pinta mi dimensión con un color que se haya perdido en tu cabello, una fachada con tu mirada poniendo mi sello,
ello podrá cambiar la forma de vida con la realidad,
quiero volver a nacer de tu panza y ver cómo me cargas queriendo llorar… te amo mamá,
un día más me voy acercando al día de mi juicio,
sin descansar me voy acercando al día de mi juicio,
aquí no es ganar ni mucho menos existe el empate,
amo matar el tiempo pero,,, odio que el tiempo me mate,
date una pausa y piensa en causas de existir, el devenir advierte muerte y quiere verte sobrevivir,
nace, crece, reprodúcete, lúcete en tu sede, ve, procede y me cuentas lo que sucede,
haz de tu pequeña barda una muralla china,
grita que tu cima es alcanzable y no hay quien pare tu jabalina,
lánzala hasta el punto más lejano donde ya no puedan verla y quieran ver la fuerza de tu mano,