Kilómetros

El mundo de mamá se hizo mil pedazos
el día en que papá se marchó de casa,
dejando en el armario toda su ropa.
Le había sido infiel a su pobre esposa.

Kilómetros de lágrimas derramados
Kilómetros de insultos proferidos.
Los gritos se escuchaban en toda la calle.
Dormía con tapones para los oídos.

Después vino la crisis del setenta y ocho,
llevándose el negocio de nuestra familia.
Mis tíos y mis primos fueron separados.
Mi padre huyó hacia el norte solo con su hermano.

Kilómetros de asfalto carbonizado.
kilómetros de líneas discontinuas.
Kilómetros de postes de teléfono.
Kilómetros de olivos y de encinas.

Es difícil aprenderse esta letra
pero menos difícil que vivir esa vida.
Cuando miro hacia atrás, aún te veo fumando
agarrado al volante, conduciendo y pensando.

Es difícil aprenderse esta letra
pero menos difícil que vivir esa vida.
Cuando miro hacia atrás, aún te veo fumando
agarrado al volante, conduciendo y pensando.
Después de un año entero sin tener noticias,
papá vino a buscarme en un SEAT Ibiza.
Mi tío iba delante todo circunspecto.
Viajamos hacia el sur sin parar ni un momento.

Kilómetros de asfalto recorridos
en busca de mi hermana que se fue de casa,
colándose en los trenes con un par de punkies,
comiendo de las sobras y durmiendo en los parques.

Es difícil aprenderse esta letra
pero menos difícil que vivir esa vida.
Y aunque el tiempo ha pasado, y la lluvia ha caído,
el recuerdo ha dejado imborrables heridas.