A una señora
Cuando quiera la vida
que volvamos a encontrarnos
dentro de pocos días
o después de muchos años.
Yo le doy mi palabra
que no voy a molestarla
si lleva compañía
ni siquiera a saludarla.
Cuando quiera el destino
enfrentarnos nuevamente
delante de los ojos
indiscretos de la gente.
La quiero tanto, tanto
que por eso le prometo
que nadie por mi boca
sabrá nuestro secreto.
Y si usted me mira pasar
y no me habla
duerma tranquila
yo no digo una palabra.
Que cosas puedo decir
si usted me ignora
antes que nada
es usted una señora.
Hubo muchas mujeres
que alegraron mi camino
entonces me burlaba
de lo que llaman destino.
Fueron muchos amores
y por nadie sufrí nada
hoy mírenme sufriendo
por amor a una casada.
Se queda en el secreto
que una noche usted me quiso
cuando falta a su casa
inventando un compromiso
y se fue de la mía
al llegar la madrugada
entonces fue que dijo
por favor no digas nada.
Y si usted me mira...