Dale Darling [En Vivo en River 2018]
Estaba acá, ves, pensando,
en la vida cuánto uno pasa escapando.
Escapando de ser pobre, de estar solo,
del dolor, cada uno lo hace a su modo.
Y a veces, escapando, corriendo hacia adelante,
buscando aturdirse mientras el cuerpo aguante.
Escapando de los padres, la pareja, los recuerdos,
la rutina, el fracaso, la derrota y los infiernos.
Le puso veneno en el durazno
y entonces lo llamó a comer,
el tipo era bruto como un asno
y la golpeaba antes y después.
Ella siempre lo disimulaba
hasta que un día, un buen día se hartó;
su madrina le armó la coartada,
y hacia la gran capital huyó.
Uh, dale, darling,
no podés decir que no,
ah, eh.
Ella bailaba sobre la barra
y se cuidaba de tanto no tomar,
de las manos que parecen garras
y de las bocas que prometen de más.
Lo peor eran los jefes,
“en mi boliche nena, soy el Zar”.
Entre todas se hizo la más fuerte
y, de a poco, empezó a liderar.
Uh, dale, darling,
no podés decir que no, ah, eh.
Uh, dale, darling,
esta vez invito yo, uh, uh.
La chica tenía un amigo en el bar
que siempre la escuchaba y la llevaba a su hogar.
Esa noche ella le contó su historia,
y él entendió porqué nunca hacía memoria.
Hoy había visto a su cuñado policía
rondando su casa, justo cuando salía;
seguro no creyó lo que mi madrina dijo,
y el pibe contestó, mientras la miraba fijo:
Que subamos a la autopista,
que vayamos derecho hacia el Sur.
Vemos el amanecer en la ruta,
dormimos de día en Bahía,
o en Santa Rosa, si por la 5.
Si querés podés venir conmigo,
cruzaremos el desierto y más.
Sería bueno que agarrés un abrigo
y salgamos ahora mismo, ya.
Uh, dale, darling,
no podés decir que no, ah, eh.
Uh, dale, darling,
esta vez invito yo, uh, uh.
Y podés bailar sobre la mesa
cuando suene este rocanrol,
solamente duraznos de postre,
capaz te voy a decir que no.
Y podés bailar sobre la mesa
cuando suene este rocanrol,
solamente duraznos de postre,
capaz te voy a decir que no.
Uh, dale, uh, dale.
Uh, dale, uh, dale.